Desde tiempos ancestrales las flores han estado presentes en todas las culturas y bellas artes. Han inspirado a arquitectos a diseñar ornamentos florales para un sinfín de templos, palacios, portales, fuentes y monumentos. También han inspirado a artistas a crear joyas como símbolos de poder y vitalidad.
Las flores nos han acompañado en todos los eventos de la vida: jardines, decoración de interior, bouquets, la lista es infinita. A través de ellas practicamos un lenguaje simple y misterioso de agradecimiento, amor e incluso a veces perdón. Ellas felicitan, reciben, despiden y acompañan con dignidad y belleza a nuestros seres queridos hasta el último adiós.
Existe un diccionario de flores que define el carácter de una persona de acuerdo a su nombre. Por ejemplo Azucena significa pureza, mientras que Violeta es sinónimo de belleza interior.
Las flores, sin duda, también influyen en nuestro estado de ánimo. Es sabido que muchos personajes públicos no soportan estar sin sus flores favoritas donde quiera que estén. Una vez, Elton John antes de un concierto en Buenos Aires, pidió que le llevasen a su camerino orquídeas blancas (importadas directamente desde Asia). La cantante Katy Perry odia los claveles y pide rosas blancas y moradas para su habitación.
Coco Chanel hizo de la camelia el emblema de su firma como símbolo de la feminidad; curiosamente una flor sin aroma. Marguerite Gautier, la protagonista de la novela de Alexandre Dumas, La Dama de las Camelias, era alérgica la fragancia de las flores y por esa razón solo podían obsequiarle camelias.
Después de un invierno largo y frío, los colores y tonalidades de las flores poco a poco comienzan ocupar el paisaje, dotándolo de belleza y frescura. Con su calidez, nos recargan de energía, generan confianza y nos dan fuerza para nuevos proyectos.
Estos milagros de la naturaleza representan la continuidad de la vida y albergan los órganos reproductores de las plantas. La variedad de colores y matices son infinitos y abarcan todo el arco iris. Al mismo tiempo, las fragancias de las flores evocan profundos recuerdos de personas y lugares.
La colección Blossom, es una muestra del encanto de la flora. Centrándonos en formas naturales, las joyas evocan la esencia de lo que es bello y duradero, traduciendo el color al oro y a la plata para crear una elegancia discreta y femenina que representa lo que realmente importa.
Es como ver una película clásica en blanco y negro: sin la distracción del color, es más fácil apreciar la belleza pura de las formas. Una elección acertada en tiempos que no son para exuberancias, sino más bien para reflexionar, reinventarse y continuar.
