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Lecciones de Lamu: Un viaje de empoderamiento femenino a través de Afrikable

En un área conocida como la shamba, ubicada en la isla de Lamu en Kenia, Ralia, de 32 años, borda en silencio sandalias para vender a los visitantes. Mientras coloca una a una las cuentas de colores, recuerda los momentos difíciles que atravesó cuando su esposo perdió la vista y no pudo seguir manteniéndola a ella y a sus cinco hijos.

Tenía solo 15 años cuando se casó, después de que su padre la ofreciera como esposa a un amigo de 60 años que acababa de enviudar. A pesar de la gran diferencia de edad, Ralia se consideraba afortunada, ya que su esposo nunca le hizo daño a ella ni a sus hijos.

Ralia es solo una entre miles de mujeres en África con una historia similar. Pero ella hoy en día cuenta con un trabajo que paga un salario justo y una escuela para sus hijos. Todo ello gracias a Mercedes Cascajero y Lola Serra, quienes fundaron la organización sin fines de lucro Afrikable hace diez años. Con sedes en Madrid y Lamu, su misión ha sido empoderar a las mujeres a través del trabajo y la educación, además de promover comercio justo como una herramienta para el cambio.



Lamu atrae a los turistas por su fascinante arquitectura swahili y su rica mezcla de culturas que incluye a Asia, Persia, India y Europa. Sin embargo, muchos ignoran que la mayoría de sus mujeres y niñas no tienen acceso a educación, empleo y atención médica primaria.

Fue por eso que cuando Cascajero y Serra visitaron Kenia con Oxfam Intermón hace unos años, decidieron crear Afrikable y convertirlo en su misión de vida. Actualmente, la organización tiene dieciséis miembros fijos trabajando en Lamu y ha contado con más de 300 voluntariados desde su fundación.

En abril de este año, la fundadora y tres miembros del equipo de PDPAOLA visitaron la sede de Afrikable en Lamu para conocer de primera mano el trabajo que realizan y participar como voluntarios. La experiencia fue trascendental para todos a nivel personal y profesional. Allí, el equipo conoció a mujeres que, más que una fuente de inspiración, les enseñaron lecciones de vida que jamás habían imaginado.



"No me sentía responsable con mis declaraciones", dice Paola Sasplugas, fundadora de PDPAOLA, “pero necesitaba creer mis propias palabras, y que estamos aquí no solo para difundir una idea sino para luchar por ella".

La shamba, que significa "terreno” en swahili , es donde se alojan los voluntarios y donde se encuentran los talleres en los cuales trabajan las mujeres (incluyendo a Ralia) una guardería para bebés, una escuela infantil y un comedor.

Existen muchas maneras de colaborar como voluntario en Afrikable. Desde trabajar para iniciativas de igualdad de género hasta dar clases a las madres y a sus hijos. La idea es emplear las habilidades y el conocimiento de los voluntarios de manera que estos puedan serles útiles a las mujeres y a la comunidad. "En mi caso, sentí que dar clases de inglés aportaba el mayor valor. Muchas de estas mujeres tienen prohibido estudiar, sobre el inglés, que es un idioma que te da posibilidades”, explica Sasplugas.

De hecho, tanto en Kenia como en muchos otros países de África, los niños tienen más derecho a estudiar que las niñas. El abuso hacia la mujer es frecuente y además aún es practica común que se les obligue a contraer matrimonio siendo apenas unas adolescentes. Las mujeres no tienen autonomía y dependen enteramente de sus esposos. Si el hombre se va, como ocurre a menudo, las mujeres se quedan solas a cargo de sus hijos sin ningún tipo de ayuda.

"Las mujeres no creen en sí mismas porque esto es lo que la sociedad les ha enseñado; es lo que se espera de ellas. Existe una barrera sociocultural que hace que sea muy difícil evolucionar. Afrikable está luchando en contra de la corriente", dice Sasplugas.

Algunos de los programas educativos de Afrikable incluyen higiene, educación sexual, derechos de las mujeres y cómo adoptar hábitos saludables. La organización también ayuda a las mujeres a recibir un salario justo por la confección de productos como bolsos, faldas y joyas. Estos los venden directamente a los visitantes, en la tienda online Afrikable y en mercados en España, los cuales están organizados por las fundadoras.



"Lo que me gustó de Afrikable es su perseverancia, cómo insisten poco a poco para que las mujeres crean en sí mismas, se den cuenta de lo que son capaces. Se trata de mantener la fe de que el cambio sí es posible. Lola es muy insistente y está llena de esperanza", dice Sasplugas.

Las madres que trabajan en Afrikable cuentan con una guardería para sus hijos, lo cual no solo les garantiza su trabajo en la organización, sino que les permite a los niños recibir una educación que ya en Lamu es difícil de obtener: solo existe una escuela primaria y una secundaria y para ingresar los niños deben aprobar un examen.

"Cuando haces un voluntariado, terminas recibiendo mucho más de lo que das en términos de aprendizaje, es egoísta de cierta manera", dice Sasplugas, "la experiencia te enseña mucho sobre una cultura y te hace consciente de un problema, terminas apreciando mucho más todo lo que tienes.”

Uno de los próximos proyectos de Afrikable es construir una maternidad para ofrecer a las mujeres servicios de salud femenina y reproductiva. Lamu tiene una de las tasas de mortalidad materna más altas de Kenia, con un 15% de los partos atendidos por profesionales de la salud. Además, los servicios de ginecología más cercanos se encuentran a cuatro horas en autobús.

"Realmente queremos ayudar", dice Sasplugas, "como marca, la mejor manera de contribuir es haciendo joyas y donando un porcentaje de las ventas a Afrikable para que puedan continuar haciendo su trabajo de la mejor forma posible.

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