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Por qué necesitas a tus amigas más de lo que crees

La amistad entre mujeres puede ser complicada y simple, hermosa y quebradiza, y en ocasiones también puede llegar a ser un poco caótica. Pero no hay nada que se le compare a la fuerza de mujeres cuando se juntan para apoyarse mutuamente.

Todavía recuerdo cuando conocí a Anna. Tenía seis años y era el primer día de escuela; ella era llamativa y conversadora, mientras yo era tímida y retraída. Éramos polos opuestos. Mientras yo luchaba con la idea de hablarle a alguien, ella se acercó a mí con sus brillantes ojos verdes y su gran sonrisa y me invitó a acompañarla.

A pesar de ser tan diferentes, congeniamos instantáneamente convirtiéndonos en buenas amigas durante nuestra vida escolar, y cuando la dinámica de nuestra amistad cambió con la llegada de la adultez, todavía nos reuníamos con frecuencia; ni una semana pasaba sin que nos habláramos.

Pasaba el tiempo y nosotras hacíamos todo lo que hacen las mejores amigas: fiestas de pijama, prestarnos ropa, joyas y hasta intercambiar pulseras de amistad. También vimos comedias románticas comiendo helados mientras despotricábamos a los chicos que nos habían roto el corazón. Anna podía descifrar lo que pensaba sin necesidad de que le dijera una sola palabra, incluso cuando sentíamos que no estábamos de acuerdo en algo.



Hace poco me devastó saber que se iría a Camboya indefinidamente por cuestiones de trabajo. Por supuesto que quiero lo mejor para ella, pero me preocupaba lo que 10 mil kilómetros de distancia le harían a nuestra amistad de 25 años. Siempre he sentido una conexión increíble con Anna y la influencia positiva su amistad. Pero fue en ese preciso momento que me di cuenta de que mucha de mi fortaleza emocional y mental provenía del fuerte vínculo que mantengo con las mujeres más importantes en mi vida.

En efecto, la psicología detrás de las amistades femeninas es poderosa. Hay incluso evidencia científica que sostiene que las relaciones que construimos con nuestras amigas puede, literalmente, salvarnos la vida.

Según un estudio de la Universidad de Oxford, la salud y el bienestar general de las mujeres mejora cuando se reúnen con sus mejores amigas al menos dos veces por semana. Algunos de los beneficios para la salud que se han reportado incluyen una recuperación más rápida de las enfermedades, el fortalecimiento del sistema inmune y la disminución de los niveles de ansiedad. Otro estudio incluso señala que las mujeres con cáncer de mama en etapa temprana tienen cuatro veces más probabilidades de sobrevivir si cuentan con amigas íntimas. “En medio de la depresión, pérdidas, cáncer, trauma, violencia doméstica, abuso emocional, problemas de trabajo, infertilidad, soledad y muerte, las mujeres consiguen apoyarse y seguir adelante”. Así lo asegura Kate Leaver, autora de The Friendship Cure, al explicar al diario Evening Standard que las mujeres se aferran fuertemente a sus amistades.

Cuando las cosas se ponen difíciles, necesitas es a alguien que te escuche atentamente y sin juzgar. Y en muchos casos, la familia no siempre es ideal para ello. Cuando uno se abre sobre ciertos temas, no hay forma de recoger las palabras que puedan interpretarse de una manera hiriente. En cambio, tus amigas pueden escucharte, empatizar y mostrar compasión sin las complicaciones de las dinámicas familiares. He tenido la bendición de tener a mujeres maravillosas en mi familia, pero sé que ese no es el caso de muchas. Lo bueno es que aquellos que no pueden contar con sus familias, pueden buscar ese apoyo en la amistad.

Más aun, las mujeres ofrecen un tipo diferente de interacción sin las expectativas de cuando un hombre y una mujer se conocen. Claro que no vemos a nuestras amigas de la misma forma en que a nuestras parejas. Y a diferencia de nuestras relaciones amorosas, con las verdaderas amigas podemos pasar mucho tiempo sin hablar sin que se dañe la conexión emocional.



En definitiva, no importa qué tan enamorada estés de tu media naranja o qué tan buena sea la comunicación entre ustedes; hay cosas que sólo las puedes compartir con tus amigas más cercanas.

Además, la forma como nos relacionamos las mujeres difiere mucho de la manera en la cual lo hacen los hombres. Nosotras somos más verbales y nos gusta conversar, mientras que las amistades masculinas se fortalecen haciendo actividades juntos. Y mientras las amistades son importantes para ambos sexos, hay investigaciones que demuestran que, en comparación a los hombres, las mujeres tienen mayor necesidad de conectar a través de la amistad.

En estudios para Stanford y UCLA, la psicóloga Alisa Ruby Bash explicó que las amistades femeninas aumentan la serotonina y la oxitocina del cerebro. La primera es un neurotransmisor asociado con los sentimientos de felicidad, mientras que la segunda es “la hormona de la conexión”. Esta oleada hormonal es lo que activa ese estímulo protector y de conexión.

Hacer y mantener buenas amistades toma tiempo y esfuerzo, pero definitivamente vale la pena, porque la vida perdería mucho de su sentido sin amistades verdaderas. Bien sea para tener con quien llorar, para compartir nuestros buenos momentos, o simplemente para consultar cuáles pendientes van mejor con nuestro tipo de rostro, contar con tus amigas para empoderarte, fortalecer tu confianza y compartir momentos de alegría es algo que puede guiarte en la vida.

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