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Los logros de Afrikable y la colección Aisha: VOSOTROS LO HABÉIS HECHO POSIBLE

Hemos destinado todos los fondos recolectados hasta la fecha a la fundación Afrikable para ayudar con la crisis del Covid-19.

En abril de 2019, parte del equipo de PDPAOLA realizó un voluntariado con la organización Afrikable en la isla de Lamu, Kenia.

Para aquellos que no la conocéis, Afrikable es una organización sin ánimo de lucro que se han volcado en la causa del empoderamiento de las mujeres a través del trabajo digno, la educación y el comercio justo como herramientas para el cambio.



Durante nuestra estancia disfrutamos de la compañía de mujeres extraordinarias que nos llenaron de inspiración y fuerza. Gracias a ellas, aprendimos lecciones de vida más allá de lo que hubiésemos imaginado.

Esta experiencia fue lo que nos motivó a crear la colección Aisha y a poner nuestro granito de arena. Desde que se lanzó en septiembre del año pasado hemos destinado el 5% de las ganancias de la colección a la organización Afrikable.

Hoy estamos muy contentos de anunciar que con vuestra ayuda hemos recogido 20.000 mil euros de donativo. Ahora, más que nunca, Afrikable lo necesita para luchar contra la emergencia sanitaria causada por el COVID-19, que también ha afectado a Kenia.

Desde el fondo de nuestro corazón en PDPAOLA queremos agradecer a todas aquellas y aquellos que de alguna u otra forma habéis ayudado a que Afrikable continúe su trabajo de la mejor forma posible.



Bien sea a través de una compra, una donación directa o un mensaje de apoyo, cada gesto ha marcado una diferencia significativa en las vidas de muchas mujeres y niños.

UNA VEZ MÁS, GRACIAS. ¡VOSOTROS LO HABÉIS HECHO POSIBLE!

Jael Levi, fotógrafa de PDPAOLA, comparte su experiencia un año después de haber sido voluntaria en Afrikable:

"Desde que volví tengo la sensación de que ellos hicieron más por mi de lo que yo pude hacer por ellos. Es una experiencia que no he parado de recomendar. El cariño que recibes cada mañana cuando llegas a Afrikable, como te reciben los niños, como vas entablando pequeñas relaciones con las mujeres que son muy reservadas”, explica Jael.

Para alguien que se define como “de ciudad”, Lamu fue algo totalmente nuevo. "Siempre escogí viajar a ciudades, pero esto no quiere decir que no me hubiese gustado hacer un viaje como este" probablemente no tenía la madurez o la oportunidad para hacerlo,” agregó la fotógrafa.

Lo que más le impresionó de la isla fue la luz: “Es cálida, rojiza y brillante. La diferencia entre luces y sombras, los colores, el agua, la naturaleza; visualmente es muy atractiva. Pensé que lo que para ellos debía ser el día a día, para mi era lo impensable: Serenidad”, comenta.



Durante su estancia en Lamu , Jael pasaba la mayor parte del día con los niños a quienes describe como “incansables”. "Intentábamos pintar los muros de la escuela, y digo ‘intentábamos’, por que un grupo de nosotros se dedicaba constantemente a mantenerlos alejados de la pintura", dice entre risas. Comenta que también ayudó a cortar el cuero y que descubrió que no era lo suyo: “probablemente les daba más trabajo arreglando lo que yo había hecho”.

Pero su experiencia más especial fue una tarde en el poblado, cuando nació un bebé y nos explica: "cuando una mujer da a luz el resto baila para celebrar y yo fui invitada a participar en el baile con las demás mujeres. No se porque, pero rompí a llorar abrumada por las emociones, todavía pienso que fue uno de los momentos más emocionantes de mi vida".

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